A los niños les encanta hacer experimentos. Con ellos, a la vez que se divierten, aprenden y se hacen preguntas sobre el mundo que les rodea. Entre los muchos beneficios:
- La exploración científica.
- Aprender haciendo y jugando.
- Alimenta la curiosidad natural del niño.
- Fomenta su interés por la ciencia.
- Estimula el razonamiento y la lógica.
- Mejora su capacidad para resolver problemas.
- Aumenta su autoestima y les prepara para que entiendan conceptos científicos más complicados en el futuro.